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Mostrando las entradas de marzo, 2016

Rayuela capítulo 21

A todo el mundo le pasa igual, la estatua de Jano es un despilfarro inútil, en realidad después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás. Es lo que se llama propiamente un lugar común. Nada que hacerle, hay que decirlo así, con las palabras que tuercen de aburrimiento los labios de los adolescentes unirrostros. Rodeado de chicos con tricotas y muchachas deliciosamente mugrientas bajo el vapor de los cafés créeme de Saint-Germain-des-Prés, que leen a Durrell, a Beauvoir, a Duras, a Douassot, a Queneau, a Sarraute, estoy yo un argentino afrancesado (horror horror), ya fuera de la moda adolescente, del cool, con en las manos anacrónicamente Etes-vous fous? De René Crevel, con en la memoria todo el surrealismo, con en la pelvis el signo de Antonin Artaud, con en las orejas las Ionisations de Edgar Varèse, con en los ojos Picasso (pero parece que yo soy un Mondrian, me lo han dicho). -Tu sèmes des syllabes pour récolter des étoiles –m

Carta de F. Scott Fitzgerald a su hija.

Con motivo del cumpleaños número 117 del escritor  Scott Fitzgerald , la carta que le escribió a su hija Frances en 1933 se ha vuelto a viralizar. Hay opiniones muy distantes en cuanto a la ética y el valor de esta carta, ya que son consejos bastante fuertes y completamente anti-románticos (dirigidos a una niña de once años). Sin embargo no cabe duda que algunos de los consejos son lúcidos y valiosos. “Preocúpate por el valor”, “no te preocupes por el pasado”. Quizá, más bien, estamos acostumbrados a la suavidad y al tono inspirador de la mayoría de las  cartas de personas famosas a sus hijos , cartas donde nunca leeríamos “…voy a tomar al gato blanco y le voy a dar nalgadas fuertes,  seis veces por cada vez que seas impertinente .” La carta, también toma otro carácter si la leemos en el contexto de la biografía de Fitzgerald. Fue escrita un año después de que la madre de Frances, Zelda, fue hospitalizada por esquizofrenia; fue escrita siete años antes de que F. Scott muriera de alcoho