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Mostrando las entradas de noviembre, 2015

Claudia

¿En qué piensas Juan? En nada, ¿por qué? No sé, es sólo que siempre estás tan callado, como pensando. Quizá será que soy muy serio. Quizá, o quizá sea también que en realidad si estás pensando en algo, sólo que no sabes en lo que estás pensando. ¿En qué estás pensando? Era una pregunta que muy habitualmente me hacía Claudia, mirándome desde su silla al lado de la caja registradora interrogando el porqué de mi silencio tan absorto y profundo cuando estaba sentado en la barra o mientras estaba enfrente del mostrador escribiendo algunas lineas tratando de componer música en aquellos años en servilletas o detrás de las hojas de publicidad que dejaban cada semana donde venía nuestro negocio junto con otros que jamás llegué a conocer. Esta pregunta sólo me la hacía cuando yo estaba de su lado, ya que mientras yo estaba trabajando de mi lado ella nunca cruzó salvo por algo realmente necesario o cuando me hablaba cuando había que cocinar algo, no era como esa Nanci que en cualquier momento mie

Esos mejores amigos. (o las fotografías perdidas)

Si algo puedo agradecer en la vida y a la vida, sin duda son los amigos que he tenido. Que si bien no han sido muchos, o quizá si; han estado ahí siempre. Bueno, la verdad es que cuando uno habla sobre los amigos siempre hay de todo tipo, están los que nos hacen reír, con los que podemos llorar, los que han estado desde siempre, los que han estado desde ayer, están los que casi no ves pero es como si estuvieran siempre contigo, y están los que ves a diario como si fuera uno más de tu familia, están los de la distancia que no impide ese lazo, están los eventuales que nos ayudan a pasar los ratos. Y también están los que no conocemos en persona pero que igual son importantes, porque sabemos que nos escuchan (o en su caso nos leen). Muchos amigos son los que puedo mencionar que me han hecho ser una mejor persona y que han crecido junto conmigo, que han dejado algo de ellos en mi así como yo en ellos, también están los que han estado una temporada, pero que también me hacen recordar buenos

Cosas que uno jamás olvida.

Uno de los momentos de mayor felicidad que he experimentado, no me pasó a mí, bueno en realidad si me pasó a mí porque lo miré (no lo vi pasar, lo miré fluir) y lo viví de cierta forma y en cierta perspectiva, pero yo no fui uno de los protagonistas, mucho menos alguien cercano a mi o alguien a quien quiera mucho, fue con un par de extraños que no rebasaban el metro y medio de altura (la verdad no sé porque menciono sus estaturas). Hace algunos años en los viajes que solía hacer muy constante (cada semana por lo general) por mi trabajo de agente de ventas y repartidor de mercancía, en una ocasión me tocó ir a Cabo San Lucas (lugar que al principio me emocionaba mucho y me gustaba ir, más por la condición misma de salir y viajar por la carretera, que por el lugar en sí. Una de las cosas que más amo en la vida es precisamente poder viajar por largos trayectos de tiempo en carretera –sobretodo porque suelo ser  el copiloto por mi necedad a no querer conducir hasta que sea estrictamente ne