Narración de una fotografía que no quise tomar.

No miré la hora porque tenía claro que sería inútil buscar algo así días después porque era evidente que no se repetiría. Ahora que escribo esto, es una revelación para mí. Cuando camino por las calles de la ciudad, y me encuentro con un encuadre particular, con elementos dentro de este que lo hacen adquirir una belleza en su composición, y su iluminación; instintivamente miro mi reloj para regresar otro día con la cámara y registrar algo muy parecido, los momentos son únicos y no se pueden repetir.

El caso es que iba caminando en el camellón del puente desnivel, y ver el cielo cambiando de color, ver los tonos y detalles que se iban contrastando de este a oeste, me atrapó en un bucle de tiempo, pensé y sentí que habían pasado muchos minutos, pero esa caminata no pudo haber durado más de cuatro minutos.

Amarillo, naranja, rojo, blanco, púrpura y todos los tonos azules que existen se podían apreciar, fue una transición perfecta que no sé si fue por mi influenciada percepción de la creación y la felicidad, o por la culpa del álbum que escuchaba. Everything Now de los Arcade Fire.

Hubo un momento en que, cuando la parte oriental del cielo estaba completamente llena de un rojo vívido e intenso, con las nubes arreboladas; el color ocre de todos los sabinos que mi vista alcanzaba a ver, el de algunos eucaliptos y pinos que no se resistieron tanto tiempo al recuerdo de la primavera, y las lámparas del alumbrado público con su luz fría, hacían un balance perfecto con las luces bajas de los carros y el sonido de sus motores. Crearon un cuadro perfecto que pudieron haber hecho que tomara la foto perfecta, pero no lo hice. No sé si fue por no interrumpir el equilibrio perfecto de tiempo/espacio, desconcentrarme de la canción en turno, o pena por lo que la gente que caminaba delante y detrás de mi pudieran decir; pero yo creo que más bien fue por el hecho de que supe que por muy buena que saliera la foto, no recrearía en lo más mínimo lo que mis pupilas estaban viendo, y lo que yo estaba sintiendo en ese momento. Además, sentí que de alguna manera presenciaba uno de esos momentos que hicieron que Mekas hubiera escrito: "mientras avanzaba, ocasionalmente veía breves destellos de belleza".