Sueños de noches largas y madrugadas cortas.





No sé si fue porque ayer vi Mostro de José Pablo Escamilla y sus secuencias iniciales se me quedaron muy marcadas, o por los comerciales de Netflix que aparecen cada dos por tres, o porque anoche me dormí muy temprano y mi cuerpo hizo que me despertara de madrugada y aún a oscuras; pero anoche tuve un sueño loquísimo que ahora les relato:

Estaba dando cobertura a un espectáculo que no sabía bien de que iba, en un escenario gigantesco, y de la nada alguien de la producción me decía que si podía asistir a tras bambalinas para ayudar a una de las actrices que iba aparecer y que tenía que hacer un acto acompañada, yo sin más accedía, aún sin saber muy bien qué rollo pintaba yo en ese lugar. Cuando llegábamos a donde tenía yo que llegar, me esperaba Tessa Ia (joder! Diría Francesco Carril) y ella me iba conduciendo sobre lo que íbamos a hacer. Total que yo lo hacía todo a la perfección a la primera y ella estaba muy emocionada, entonces en eso llevaba una persona diciendo que yo tenía que cumplir otra tarea dentro de la misión y que me tenía que marchar, yo con desánimo me despedía de Tessa y ella me decía si seguía haciendo lo de los jueves o ya tenía toda la semana libre (yo un tanto incrédulo de darme cuenta que Tessa sabía que casi religiosamente voy los jueves a la Filmo), entonces yo no contestaba nada, y me llevaban del lugar. Pasábamos aparentemente por los mismos sitios que me habían llevado a tras bambalinas, pero de a poco todo se iba tornando muy oscuro, hasta quedar prácticamente como un túnel que al final nos llevaba a una especie de hotel-hospital (era una mezcla entre el hotel de la serie "El continental" y el IMSS No. 1 de Durango) una noche muy lluviosa, cuando entrábamos por la parte que era de hotel, la recepcionista (no era ella, pero se parecía mucho a la Valeria del Playa Mazatlán) me decía que me esperaban en la habitación 2046 (joder!) y cuando arribaba a la habitación, me esperaba Tessa, que luego de verme y sonreír, se me acercaba con una alegría y rapidez que me plantaba un beso largo y extenso. Luego de ello me decía que me llevaría a trabajar con ella, que no aceptaría ningún papel que yo no reescribiera, y que además conociendo mi pudor de no querer vivir a expensas de nadie, me pagaría un sueldo nada ostentoso, y yo le podía agradecer haciéndole todas las noches el amor. Total que luego de ello me pedía que fuéramos a la cama porque ya era muy noche y debíamos dormir para partir muy temprano a San Peterburgo a cumplir con nuestra misión, y en el momento en el que se podría decir yo me quedo dormido en el sueño, es que desperté hace unas horas.

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